El tiempo se va. Corre desmesuradamente. Se pierde entre horas, minutos, segundos transformados en días y semanas que, de forma repentina, han desaparecido de un plumazo. Ayer todo era ilusión, promesas, risas, sueños, reencuentros, abrazos y besos reprimidos por la situación inesperada. Tan diferente y tan igual a otros veranos. Hoy ya es momento de despedidas estivales.

Pausadamente las ventanas de las casas del mundo rural se van cerrando. Las puertas de la costa echando la llave. La tristeza vuelve a invadirnos. Se acabaron las jornadas infinitas de descanso total. De despreocupación por el qué pasará. De relojes olvidados y horarios prohibidos. La rutina llama a la cordura, otra vez.

Poco a poco vamos desfilando, recorriendo el camino a la inversa. La maleta tal vez parezca más ligera. El peso del estrés abandonado alivia el equipaje, aunque un poso de añoranza equilibra la balanza.

La vida no para, se renueva constantemente. Donde ayer nos mostró una vivencia, mañana nos dará la oportunidad de vivir otra. Transformará la pesadumbre en nuevas sensaciones. Nos abrirá los ojos a la nueva realidad ya experimentada. Y nos enseñará que todo instante tiene su magia. Solo hay que descubrirla.

Nosotros somos nuestros propios magos. Los hechiceros de nuestro destino. En nuestra mano está tomar el camino de la felicidad anhelada. Y esa, aunque ahora no lo parezca, también nos lleva a la rutina, tal vez hoy más que nunca. Bendita rutina de un trabajo remunerado, en un mundo caótico que muestra su peor cara. Bienvenida la falta de tiempo que nos aleja de “los lunes al sol”.

El descanso volverá, como siempre. Y, cuando no seamos capaces de gestionar determinados momentos de descontrol, siempre podemos recurrir al recuerdo de esos instantes de paz que, aunque parezcan lejanos, regresarán.

Mientas todo llega y todo pasa, podemos repetir, como en la canción de Alberto Cortez: “en un rincón del alma donde tengo la pena que me dejó tu adiós… En un rincón del alma me falta tu presencia que el tiempo me robó…”.

Momento de despedidas estivales. Momento de reencuentros otoñales…

 

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