El verano se va dando los últimos coletazos. Los municipios de la España rural vuelven a recobrar la tranquilidad, mientras se oye el eco de unos veraneantes que acaban de volver a la gran ciudad.
Días radiantes en los que, a pesar de la situación, sus calles se han llenado de vida. Reencuentros felices. Momentos de confidencias, risas, aperitivos, caminatas… dejando a un lado las prohibidas fiestas patronales, pospuestas para tiempos mejores.
Pero no todo ha sido felicidad. Mientras el pequeño pueblo duerme, siempre hay alguien que permanece despierto. Aunque no son los guardianes de la noche que velan por los sueños y la tranquilidad del resto. Más bien todo lo contrario.
Según fuentes de la Guardia Civil, este verano han aumentado los actos de vandalismo con respecto a otros años, producto, consideran ellos, de la anulación de las fiestas.
En el pequeño municipio abulense de Bonilla de la Sierra, nombrado como uno de los pueblos más bonitos de España, el vandalismo se ha “llevado por delante” 18 farolas, el espejo del retrovisor de un coche, un buzón, puertas que recubren los contenedores de basura, cristales de los containers de obras, canalones, la luna de un tractor, un árbol, etcétera. Desperfectos que superan los 3.000 euros.
Como siempre, las opiniones están divididas entre quienes lo ven como una “chiquillada” y los que consideran que es puro vandalismo: “actitud o inclinación a cometer acciones destructivas contra la propiedad pública, sin consideración alguna hacia los demás”, tal y como se define en el diccionario.
Los más críticos con la situación ven necesario denunciar y dar un escarmiento a quienes han llevado a cabo estas fechorías, sobre todo si son reincidentes.
Tal vez quienes lo han hecho no sean conscientes de que detrás de un delito puede haber una pena, si el afectado decide interponer una denuncia y se demuestra la culpabilidad del denunciado.
En el caso de ser condenados por delitos de daños que no sobrepasen los 400 euros, podría establecerse una multa que podría superar los 300 euros.
Si el delito de daños sobrepase los 400 euros, desde la Guardia Civil reconocen que puede conllevar penas de cárcel. Y si las acciones delictivas han sido continuadas a lo largo de una noche, se aplicaría como un delito continuado, por lo que la pena sería mayor.
Estas penas por vandalismo irían acompañadas de antecedentes penales que serán cancelados en un determinado periodo de tiempo u otro, en función de la gravedad de los hechos, y si el infractor no incurre en otra infracción. Cuanto mayor sea la pena, los antecedentes permanecerán más tiempo. Esto puede perjudicar a la hora de encontrar un trabajo, ser admitido en determinados centros de educativos u obtener becas, por poner algunos ejemplos.
Inma gracias por tu comentario, pero, por desgracia en el mundo rural no estamos exentos de vandalismo. Los sujetos que han realizado estas fechorías, sabrán lo que sus padres han luchado por sacarles adelante? Tendrán el concepto claro de lo que es la propiedad privada o pública? Seguro que no, y, que no será una chiquillada, sino puro vandalismo y no necesitan que les comentes las penas a las que se exponen, seguro que lo saben perfectamente, pero los delincuentes disfrutan delinquiendo. Espero que haya sido unos actos pasajeros y no se hagan habituales
Hola Juan. Seguro que al ver el enfado de la mayor parte del pueblo, y de la reacción de algunos de los afectados, reflexionan sobre lo que han hecho. Un cordial saludo.
Inma siguiendo con el vandalismo, te informo que en Cabezas también lo hemos sufrido en días pasados, al haberse llevado la placa con el nombre del pueblo.
Sin comentarios Juan… Me quedo sin palabras…