Te vas, dejándonos cicatrices. De esas que atraviesan el cuerpo y llegan al alma. Las que nos recuerdan que, pese a todo, somos supervivientes de un periodo negro de la historia de la humanidad.

Nos queda el consuelo de que nunca volverás. Tan solo serás un mal sueño, demasiado largo. Volveremos a soñar siendo felices, a vivir, a sentir. Soltaremos tus cadenas. Seremos libres otra vez. Y más fuertes.

Aprendimos a seguir adelante con el coraje necesario para plantarte cara. Y hoy, que te decimos adiós para siempre, solo queremos agradecerte que dejaras indemne a Bonilla, Cabezas de Bonilla, Pajarejos y Ribera del Corneja, nuestros queridos pueblos, con nuestra maravillosa gente.

Tal vez este año la carta a los Reyes Magos esté impregnada tan solo de buenos deseos. Porque si algo nos has demostrado 2020, es que lo superfluo de nada sirve si la salud escasea, la libertad no existe y el amor no puede manifestarse.

Y con estas lecciones aprendidas, te miramos a ti 2021 con una ilusión renovada. Con la esperanza nunca perdida. Con el apremio de quien espera comenzar de nuevo en el punto en el que paró la vida.

Con la vista puesta en el futuro, aún a sabiendas de que tal vez este solo sea un año de transición, un puente hacia la normalidad perdida, te acogemos 2021 porque sabemos que tú serás capaz de reunirnos otra vez con todos aquellos a quienes durante tantos meses hemos echado de menos. Te esperamos con el eco de las notas musicales del bolero que representa tan bien aquello que sentimos: “En un rincón del alma me falta tu presencia, que el tiempo me robó. Tu cara, tus cabellos que tantas noches mi mano acarició…”.

Bienvenido 2021. Los que vamos a vivirte intensamente, si nos traes las condiciones adecuadas para ello, te saludamos.

• Foto de Rosa Burgos