Vuelve la “revuelta de la España vaciada”. Mañana, 2 de octubre, los habitantes del mundo rural tienen una cita, a las 12 del mediodía, en las plazas de sus pueblos para demandar mayores servicios. Una España en la que de sus algo más de 8.000 municipios, unos 5.000 cuentan con menos de 1.000 habitantes. En la que el 81 % de sus ayuntamientos sigue perdiendo población y en la que el 50 % de los pueblos con escaso número de habitantes está en riesgo de desaparición, según el informe “Un medio rural vivo y sostenible”, elaborado por el Consejo Económico y Social de España (CES).
El 20 % del censo español debería mañana, una vez más, pelear por sus derechos. Una vez más, sí porque en los últimos años han alzado varias veces su voz para luchar contra el desmantelamiento de consultorios médicos en las localidades menos pobladas. Por la restauración de servicios de autobuses y trenes. Por la inevitable retirada de entidades bancarias… Suma y sigue… Sin embargo, da la impresión de que sus voces se pierden en la inmensidad de un territorio medio desértico en el que, en algunos lugares, sus habitantes no sobrepasan la decena por metro cuadrado.
Planes para revitalizar el mundo rural hay. El Gobierno central aglutina un gran número de ellos, la mayoría englobados bajo el nombre de “agendas”: La Agenda 2020 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La Agenda España Digital 2025. La Agenda Urbana Española… con los que se pretende revitalizar el mundo rural, afrontar el reto demográfico, evitar la brecha digital…
Pero los ciudadanos de la España “olvidada” no entienden de agendas ni de proyectos a largo plazo. Tienen unas necesidades que es urgente cubrir. No piden demasiado, tan solo servicios dignos.
Tal vez mañana, a las 12, en las plazas de los pueblos no aparezcan todos los que tengan que estar pero no es de extrañar. La incredulidad ante las promesas que no llegan. La impresión de que sus reivindicaciones caen en saco roto, de que no se les escucha ni valora, hacen mella.
El mundo rural necesita algo más que agendas. Necesita realidades, inversiones, nuevas oportunidades y una voz unificada que haga revivir al campo que tanto necesitamos.
Mañana, quienes pueden decidir su futuro, tienen una nueva oportunidad de escuchar sus reivindicaciones…