En este 2020 los pastorcillos que quieren ver a su Rey no pueden acercarse al camino que lleva a Belén. Ni llevarle regalos en su viejo zurrón. Pero pueden tocar con su tambor, en la distancia, un canto de amor. No podremos arrear al borriquillo para que no llegue tarde porque, aunque hoy es fiesta y mañana también, esta Navidad se celebrará de una manera especial.
No nos hará falta preguntar al Niño de quién es, cuando oigamos tocar a los ángeles campana sobre campana para traernos la buena nueva de que ha nacido y está vestidito de blanco. Reconoceremos que es de la Virgen María y del Espíritu Santo. Y mientras, de fondo, resuenan con alegría los cánticos de mi tierra, y decimos “viva el Niño de Dios que nació en la Nochebuena”, podemos darle a la zambomba y pasarlo bien con los seres queridos con los que compartamos este 24 de diciembre. Y mañana también.
Porque en esta noche de paz, en esta noche de amor los mejores deseos volverán. Podremos ver cómo beben los peces en el río. Y entonar el “oh, blanca Navidad, sueño con la nieve alrededor”, mientras anhelamos un paisaje de postal.
Bonilla de la Sierra, Cabezas de Bonilla, Pajarejos y Ribera del Corneja desean una NAVIDAD repleta de esperanza a aquellos que no conocemos y a quienes comparten nuestra vida. A los que tenemos lejos y a los que viven cerca. A aquellos que perduran en el recuerdo y a los que ya no queremos recordar. A los que sin quererlo sentimos y a los que sentimos haber querido. A los amigos que nunca nos abandonan y a los que, por falta de tiempo, tenemos abandonados. A nuestros lazos de sangre. Y a todos los que luchan a nuestro lado por un mundo mejor. Pero sobre todo a aquellos que en este 2020 han perdido a seres queridos. Y a los que “han partido” solo decirles que se han convertido en “nuestros seres de luz”.
FELIZ NAVIDAD
Como siempre, magnífico relato, enlazando cada uno de los villancicos que nuestros abuelos nos fueron enseñando en esas Navidades que pasabamos con ellos después de acabar las clases… Este año… Nos perdemos las visitas a los esperes queridos, pero tengo la gran suerte, de tener esos recuerdos en mi cabeza y corazón.
Gracias Araceli.
Al final eso es lo que nos queda: los recuerdos, así que tendremos que construir una maravillosa vida en la que los bonitos recuerdos predominen.
Espero que hayas pasado una bonita Navidad pero sobre todo que tengas un maravilloso 2021.
Un abrazo.