Queridos abuelos:
Cuando veo vuestra mirada cansada, vuestras manos arrugadas, vuestro frágil cuerpo, siento una gran ternura.
Estoicos habéis aguantado los golpes de la vida, soportando el dolor para que los que os rodeaban no sufrieran. Habéis sobrevivido a una posguerra, (algunos más longevos a la guerra), a la falta de libertad, a la dureza del trabajo de sol a sol en el mundo rural. Y con todo vuestro pesar, al abandono del campo por la gran ciudad, en busca de una vida mejor.
Sin apenas estudios, con el aprendizaje de la escuela de la vida, que al final es el más valioso, nos inculcasteis unos valores difíciles de olvidar. Y con el andar del tiempo, llegasteis a vuestra tercera edad, sin dejar de ayudarnos.
España no hubiera sido nada sin vuestro esfuerzo. Ni durante vuestra vida laboral ni en vuestra jubilación, cuando en plena crisis habéis sido los cuidadores de vuestros nietos y el sustento de vuestros hijos. O los veladores de esa “España vaciada”, que sin vosotros estaría en completa soledad.
Os faltan las fuerzas. Como suele decirse, la edad no perdona y las funciones vitales van decayendo, aunque el corazón sigue latiendo, imparable, al ritmo del amor a los vuestros.
Hoy vivimos una realidad diferente. El mundo se ha parado inexplicablemente. Y sin avisar, os mantiene aislados en vuestras casas o residencias. Las puertas se han cerrado para evitar que un virus arrase con vuestras vidas. Y aún así, se cuela dejando secuelas difíciles de olvidar.
Tal vez no comprendáis algunas medidas necesarias. El aislamiento es imprescindible para que sigáis viviendo. Tal vez busquéis entre las ventanas un saludo. Entre las pantallas de los móviles la imagen de los vuestros, en una llamada inyectada de alegría. Y en cada segundo transcurrido una esperanza, que los medios de comunicación se llevan por delante.
No decaigáis abuelos. Acostumbrados a luchar, tenéis que seguir librando la batalla. Sé que estáis desorientados porque las noticias no son buenas y no sabéis a qué enemigo os enfrentáis. Sobre todo, no hagáis caso de aquellos que atentan contra vuestra dignidad. Los que hablan de selección. Y los políticos extranjeros de turno que dicen barbaridades. Cuando les oigo me siento más y más orgullosa de vosotros porque, sin una carrera ni ser “supuestamente importantes”, me enseñasteis a respetar al prójimo. Cosa que, en muchos casos, aquellos que hoy dominan el mundo, no están haciendo con vosotros.
Aguantad. Hemos llegado hasta aquí juntos, Sigamos el camino unidos, dejando atrás este mal sueño… Y aunque hoy no podamos daros un abrazo ni un beso, sabed que os queremos más que nunca.
Gracias por existir abuelos.
Muy bonita dedicatoria para todos los abuelos!!!
Muchas gracias Isabel. L@s abuel@s lo merecen.
Un cordial saludo.
Inma, gracias por estas palabras tan acertadas. Un saludo
Nuestros mayores se merecen todo nuestro apoyo en este momento.Gracias por leernos Justi. Un cordial saludo.
Por desgracia, nuestros abuelos se van demasiado pronto, pero no por ello ni los olvidamos ni dejan de ser importantes en nuestro día a día, todos tenemos nuestro recuerdo hacia ellos.
Personalmente de los míos guardo recuerdos imborrables, me imagino que como todos vosotros con los vuestros, para los más mayores del pueblo me estoy refiriendo a tío Quico y tía Saturia, todavía conservo una carta de ellos, la he podido leer tan solo una vez.
Bonito homenaje a nuestros mayores, gracias Inma, como siempre muy acertada. Saludos
Afortunadamente cada día viven más. Seguro que nunca imaginaron que tendrían que enfrentarse a lo que hoy nos enfrentamos. Tenemos que transmitirles todo el ánimo del mundo.
Gracias Tomás, como siempre 🙂
Palabras llenas de belleza para nuestro mayores, a quienes les debemos tanto, y que muchas veces se nos olvida. Gracias Inma
Gracias Cristina. Seguro que tras esta dura experiencia aprendemos a apreciar más a todos y todo lo que nos rodea. Un cordial saludo.
Yo sí que me siento orgulloso, querida Inma. Orgulloso de conocerte y tener la suerte de que compartas tu sabiduria de la vida con nosotros. Orgulloso de nuestros abuelos; en mi caso de mis padres, con casi noventa años y aguantando como unos jabatos.
Porque auqnue a algunos no les gusten los abuelos, para otros como tú y como yo no son una carga, sino un regalo de la vida.
Disfruta mucho de ellos Juanma. Es una suerte. Gracias por tus bonitas palabras. El orgullo es mutuo. Un beso grande. Sigamos cuidando de nuestros mayores.