Hoy quiero dirigirme a ti que estás afectado por el coronavirus. Quiero hacerlo para decirte que sé cómo te sientes. También estoy conviviendo con todos sus síntomas.
En mi duodécimo día de la enfermedad me he acordado mucho de ti. Desde que uno piensa que es imbatible hasta que se da de bruces con la dura realidad, apenas pasan unos días. Es en ese instante cuando te das cuenta de lo vulnerable que eres, ¿verdad? De la fragilidad del ser humano y al mismo tiempo de la fortaleza que le acompaña.
No sé quién eres, dónde vives, tu edad o estado civil. Pero sé que luchas por volver a recuperar tu vida. Una vida que sientes que te han arrancado de golpe, como al corazón del pueblo y la gran ciudad.
En la soledad de tu habitación, en la que tienes que recluirte para no contagiar al resto del núcleo familiar, miras de reojo una televisión que no ayuda al enfermo. Buscas, como yo, un resquicio de esperanza entre cifras de infarto e imágenes de las que esperas no formar parte porque dan pavor. Y te preguntas cómo un virus, que comenzó en China hace tres meses, hoy puede estar afectando a más de 472.000 personas de 187 países. Y cómo tú puedes estar formando parte de estas estadísticas.
Días grises dice la canción, mientras buscas en tu paleta de colores el color de la esperanza y el de la pasión. Y ambos llegan. La esperanza en forma de donaciones de material sanitario. Y la pasión por la vida de la mano de cada enfermo que sale de la UCI o del que obtiene el alta hospitalaria. Aunque tú y yo no hayamos llegado a esos extremos.
Si hay algo que caracteriza a cada una de las personas afectadas por el coronavirus es la lucha contra un virus que no quiere ceder ni un milímetro del territorio del cuerpo que ha “conquistado”. Tú lo sabes bien. Pero poco a poco, y con esfuerzo, vamos librando la batalla contra el invasor.
Voy a entrar en el día decimotercero habiendo dejado atrás muchos de los síntomas. Sabiendo que puedo preparar la pista de despegue hacia la curación. Y tú también lo harás. Yo estaré dándote fuerza desde mi confinamiento. Consciente de que a pesar de que en breve me recuperaré, todavía tendré que permanecer en guardia un periodo de tiempo.
Tú y yo volveremos a la normalidad. Y por fin podremos salir al balcón a aplaudir a todos aquellos colectivos que hacen posible que la vida no se detenga todavía más ante el coronavirus.
Y cuando todo quede atrás, tal vez un día nos crucemos. Olvidaremos el metro de distancia y nos fundiremos en un abrazo, recordando que sin conocernos, nos unió las ganas de vivir y la necesidad de respirar… en el más amplio sentido de la palabra…
Sigue luchando. Te esperamos. Al igual que a todos aquellos que se encuentran en peores circunstancias. Todos extraeremos de ello una gran lección de vida.
Como bien dices,son duros momentos,y ojala,aprendamos,con todos, de estos días que estamos viviendo.
Un saludo.
Deberíamos pararnos a pensar qué estamos haciendo con nuestra vida y practicar un poco más la solidaridad que estamos viendo estos días.
Gracias por tu aportación a la sociedad. Sin los sanitarios esto no seria posible.
Cuídate.
Que bonito y profundo.
Volverá la normalidad a nuestras vidas pero este virus nos va a dejar cicatrices a todos
Lo importante de las cicatrices es que nos recuerdan que estamos vivos. Y eso es lo importante 🙂
Esperamos el día en que todo vuelva a la normalidad, y esta pesadilla diaria nos haga mejores y más fuertes, pero mientras eso llega sigamos luchando sin bajar la guardia, cada uno con la tarea que tiene encomendada, los Sanitarios, las Fuerzas del Orden etc etc, la nuestra es más fácil y sencilla de llevar que la de ellos, y no es nada más que “” QUÉDATE EN CASA “” saludos
Buen consejo Tomás. Es la mejor manera de frenar la pandemia.
Un cordial saludo,
Ahora que tanto se homenajea a los sanitarios, que mejor ocasión que recordar a la saga de médicos con origen en esa villa. Los Torre y principalmente a D. ANGEL TORRES ALONSO. Creo se merecen como mínimo el nombre de una calle.
Hace pocos días, Jose Maria Hernandez Escorial, publico una semblanza en Faccebook, Plataforma cultural comarca del Corneja, muy interesante. Aconsejo su lectura.
Siguiendo con los reconocimientos, no podemos olvidar a Don Laureano, una persona muy emblemática.
Pregunto.
Es solo curiosidad, tú no creo que llegaras a conocer a D. Laureano. Saludos
Sí, era amiga de una de sus nietas 🙂
jajjajajajja,Tomas le conocido hasta y soy un poco mas joven , iba con Sara su nieta, bueno y todos los de mi quinta, . a casa de mis padres venian y yo particularmente he estado mucho con ellos por su nieta
Gracias por el comentario, aunque pienso que nuestros genes comarcales son muy distintos a los de otros lugares
Nunca hemos apreciado lo nuestro, incluso lo devaluados o lo despreciamos. Somos así. En Bonilla, las autoridades conocen perfectamente quienes fueron los Torres, pero no consideran hacerlos un pequeño homenaje como es dedicarles una calle, y mira que es fácil con el número de concejalías que tiene el pueblo. Una buena iniciativa por tu parte, que ojalá tenga respuesta positiva. Un abrazo.
Tus palabras retumban en el interior de muchos que al igual que tú están luchando contra este virus.
Palabras llenas de sentimientos profundos y muy sensibles, que sin lugar a dudas serán de ayuda y consuelo para muchos.
Una vez más, y desde lo profundo de mi corazón, GRACIAS INMA .
Si puedo ayudar a una sola persona, habrá valido la pena escribir el post No hay porqué agradecer nada. Es la única manera que tengo para dirigirme a estas personas y demostrar que se puede ganar la lucha al virus. Un abrazo.
Inma siempre es un placer leerte a mi me fascina como plasmas tus sentimientos escribiendo tan …bonito . espero q saquemos de esto una buenisima leccion porque la verdad q estabamos desumanizados, siempre con prisas , y echar este freno a la vida , al tiempo es ….. una desgracia . Pero ya q nos ha pasado ,es mejor aprovechar a reflexionar y a pensar q todos unidos , con mas respeto ,mas humanidad , mas generosidad etc … vamos a salir . Un beso enorme para todos ,en especial para ti Inma
Hola Gemma. Muchas gracias 🙂
Creo que el coronavirus marcará un antes y un después en nuestras vidas. Pero la memoria es frágil y much@s tienden a olvidar pronto… Saquemos lo mejor de esta experiencia y pongámoslo en práctica.
Un beso Gemma. Y cuidaos mucho.